El reservorio natural de ebola
virus sigue siendo desconocido. Sin embargo, sobre la base de la
evidencia disponible y la naturaleza de virus similares, los investigadores consideran
que es una enfermedad zoonótica.
En las selvas tropicales de África central, varias especies de
murciélagos han mostrado evidencia de infección por Ébola sin enfermarse; y por
lo menos una de las especies, el pequeño murciélago de fruta, Myonycteris torquata, tiene un hábitat
que se extiende desde África Central hacia el oeste donde se ubica Guinea, el
que está asociado al brote actual. En África se han documentado casos de
infección asociados a la manipulación de chimpancés, gorilas, murciélagos
frugívoros, monos, antílopes y puercoespines infectados que se habían
encontrado muertos o enfermos en la selva.
La manera en que el virus aparece por primera vez en un ser humano en el
inicio de un brote es desconocida. Sin embargo, los investigadores han
planteado la hipótesis de que el primer paciente se infecta a través del
contacto con un animal infectado.
La transmisión de
persona a persona es a través del contacto directo con la sangre u otros
fluidos corporales. El virus Ébola ingresa al organismo humano a través de
superficies mucosas, roturas y abrasiones en la piel, o por introducción parenteral. La
mayoría de las infecciones humanas en brotes ocurren por contacto directo con
los pacientes o cadáveres infectados Partículas de virus infecciosos o ARN
viral se han detectado en el semen, secreciones genitales y piel de los pacientes infectados. El
contacto directo ocurre principalmente en establecimientos de salud, entre los
familiares que cuidan a un enfermo, o entre las personas que tocan el cuerpo de
una persona recientemente fallecida, y si existe un contacto directo a través
de la piel lesionada o las membranas mucosas con sangre o fluidos corporales de
una persona enferma (orina, saliva, secreciones bronquiales, sudor, heces,
vómito, y semen), objetos (como agujas) que han sido contaminados con fluidos
corporales infectados, o animales infectados vivos o muertos.
En base a estudios por PCR, se ha podido detectar el virus del Ébola
desde un día antes del inicio de los síntomas, y hasta después de fallecido el
paciente. Este hecho podría llevar a que igualmente sea posible su transmisión
antes del inicio del cuadro clínico de la EVE.
El mayor riesgo de transmisión lo tienen los trabajadores de salud, la
familia y amigos en contacto cercano con enfermos de Ébola ya que pueden entrar
en contacto con sangre o fluidos corporales infectados.
Durante los brotes esta enfermedad puede propagarse rápidamente en los
entornos médicos especialmente en establecimientos de salud, donde el personal
que trabaja no dispone de equipos de protección apropiado y en cantidad suficiente,
como máscaras, batas y guantes. La limpieza y eliminación de desechos
hospitalarios, tales como agujas, jeringas, gasas y otros, también es
importante realizarlos adecuadamente a fin de evitar que la transmisión del
virus pueda continuar y amplificar un brote.
Gretchen Vogel. Are Bats Spreading Ebola Across Sub-Saharan Africa? Science 11 April 2014: Vol. 344 no. 6180 p. 140
Leroy EM, Kumulungui B, Pourrut X, Rouquet P, Hassanin A, Yaba P, Délicat A, Paweska JT, Gonzalez JP, Swanepoel R. Fruit bats as reservoirs of Ebola virus. Nature. 2005 Dec 1; 438(7068):575-6.
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